Las GACHAS DULCES es un postre típico de Andalucía y se suele comer por la festividad de Todos los Santos. La receta lleva harina de trigo, pero yo las voy a preparar como nos las hacía mi abuela, que le ponía mitad harina de maiz (Maizena) y le quedaban de maravilla, súper suaves y cremosas. Luego con ese toque de anís… ¡Qué delicia! Siempre que las como me acuerdo de cuando nos las hacía (al igual que sus espectaculares migas que un día también publicaré) ¡Y es que mi abuela cocinaba muy bien!
Pues aquí te cuento cómo se hacen ¡Ya verás qué fácil y lo ricas que están!
INGREDIENTES
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Unos picatostes o «curruscos» de pan frito.
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1 litro de leche
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50 gr. de Harina de trigo común
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50 gr. de Harina de maíz (Maizena)
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2 o 3 cucharadas de anís en grano (Matalahúva)
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La piel de un limón
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1 rama de canela
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120 gr. de Azúcar
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30 ml de licor de anís dulce
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Aceite de oliva
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Canela en polvo (opcional)
PREPARACIÓN
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Corta unas rebanadas de pan en trocitos y fríelas en una sartén con aceite de oliva. Reserva.
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Disuelve la Maizena en un vaso de leche fría y remueve muy bien hasta que esté totalmente disuelta y no queden grumos. Reserva.
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En una sartén pon 2 o 3 cucharadas de aceite de oliva a fuego medio. Cuando esté caliente incorpora la piel del limón y la rama de canela. Con esto vamos a conseguir aromatizar el aceite. Cuando veas que la piel del limón comienza a tostarse retírala de la sartén junto con la rama de canela.
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En ese mismo aceite ahora añade el anís en grano o matalahúva y dale una vueltas con una cuchara. No le dejes mucho tiempo porque si no se puede quemar. Aquí se pueden hacer dos cosas: Bien puedes colar el aceite y retirar los granos de anís, o bien puedes dejar los granos de anís y seguir con la receta. A mí personalmente me gusta mucho más dejarlos porque luego al comerlo me encanta morderlos y el saborcito que aportan a este postre.
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Seguidamente y para que no se quemen los granos de anís incorpora la harina de trigo y remueve durante aproximadamente un minuto para tostarla un poco con el aceite y que pierda así el sabor a crudo.
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Una vez que la harina está tostada comienza a verter la leche poco a poco sin dejar de remover, al igual que si estuvieras haciendo una bechamel. Vas poniendo un poco, remueves, y a medida que va espesando le vas añadiendo más leche sin dejar de remover para que no se formen grumos. Así hasta incorporar la mayor parte de la leche, reservando una poca para el final.
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Cuando ya veas que está espesa y sin grumos incorpora la Maizena que habías disuelto en leche fría y sigue removiendo. Cuando veas que vuelve a espesar de nuevo añade el resto de la leche sin dejar de remover.
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Seguidamente añade el azúcar y sigue removiendo. Recuerda que el fuego tiene que estar a temperatura media-baja.
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Y ya solo queda el toque final, añadirle el vasito de licor de anís dulce removiendo durante un minuto o dos para que se evapore el alcohol. Esto le va a dar un gusto espectaclar a la gachas.
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Las gachas se pueden comer templadas o frías. A mí personalmente me encantan templaditas. Si las vas a comer frías te recomiendo que les añadas un poco más de leche porque luego al enfriar espesan más y si las sacas ya algo espesas en caliente, después se pueden quedar como un «mazacote».
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Una vez que las retires del fuego sírvelas en los típicos recipientes de barro o en cuencos y añade por encima los picatostes de pan frito y un poco de canela en polvo
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¡Verás qué delicia!