Hoy toca receta dulce. Te voy a enseñar cómo hacer en casa los FAMOSOS CARAMELOS DE NATA Y TOFFEE. Son esos CARAMELOS BLANDOS que yo recuerdo desde pequeña. Me encanta su sabor y esa sensación de quedarse pegados en los dientes, aunque la verdad, dura poco. Pero lo que más me gusta es su delicioso e inconfundible sabor a CARAMELO con nata o crema de leche 😍
Desde que descubrí la receta ya los he preparado en casa unas cuantas veces. La primera vez me sorprendió el resultado, porque quedan prácticamente igual que los originales, tanto en el sabor como en su textura. Lo mejor de todo es que se preparan en un momento y solo hacen falta tres ingredientes principales. De verdad que tienes que animarte a prepararlos en casa porque estoy segura que te van a sorprender gratamente, igual que a mí.
Además ahora vienen genial de cara a las Fiestas Navideñas ya que son un acompañamiento ideal para tomar el cafelito en la sobremesa de un buen MENÚ NAVIDEÑO, ¡Y lo bien que vas a quedar sacando estos CARAMELOS CASEROS!🤩
Una buena idea es envolverlos con papel celofán de diferentes colores para presentarlos de un modo más bonito y vistoso y seguro que vas a dejar alucinados a todos cuando sepan que los has hecho tú😉
Pero bueno, lo mejor es ver cómo se hacen. Aquí debajo te dejo la receta en vídeo y después la tienes por escrito
¡Verás qué ricos quedan! 😋
👇👇 AQUÍ PUEDES VER LA RECETA EN VÍDEO 👇👇
INGREDIENTES
✅ 350 gr de AZÚCAR
✅ 200 gr de NATA LÍQUIDA o CREMA PARA BATIR (con un mínimo de 35% de M.G.)
✅ 35 gr de MANTEQUILLA SIN SAL
OPCIONAL:
✅ 1 pizca de SAL (como un cuarto de cucharadita)
✅ 1 Cucharada de ESENCIA DE VAINILLA
PREPARACIÓN
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Lo primero que haremos es preparar el molde donde después vamos a verter el caramelo. Yo voy a utilizar un molde de silicona que sirve para bombones o brownies individuales y que a mí me resulta muy cómodo. Lo engrasamos untando aceite suave con un pincel de cocina. Si no tienes este tipo de molde, otra opción es utilizar una fuente cuadrada o rectangular y forrar la base y las paredes con papel vegetal o de hornear. Si quieres también puedes untarlo con un poco de aceite. Una vez preparado el molde, lo reservamos para después.
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Ahora vamos a preparar el caramelo. Un consejo es utilizar una cacerola alta porque al echar la nata, con la ebullición suele subir bastante y se te podría derramar, además de poder causarte quemaduras graves.
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Primero echamos el azúcar y la ponemos a fuego medio alto. Si es preciso, con una cuchara o pala de madera removemos para ayudar a que ésta se vaya derritiendo uniformemente. Poco a poco veremos cómo se va formando el caramelo.
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Cuando veamos que ya se ha derretido el azúcar totalmente, le añadimos la mantequilla y bajamos un poco el fuego, removiendo para que ésta se derrita y se mezcle con el caramelo. Le daremos unas vueltas durante un minuto o minuto y medio aproximadamente.
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A continuación le añadiremos la nata pero no toda de golpe, sino en dos o tres veces. Primero echamos un poco, removemos, y cuando baje la ebullición le vamos añadiendo un poco más, y luego ya por último le terminamos de añadir el resto.
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Ahora solo tenemos que mantener la mezcla a fuego medio bajo removiendo constantemente para que no se nos agarre al fondo. Lo ideal es utilizar un TERMÓMETRO DE COCINA y retirar del fuego cuando alcance una temperatura de 120ºC sin dejar que sobrepase esta temperatura, pero como yo no lo tengo, lo estoy haciendo a ojo y lo he tenido unos 12 minutos desde que eché la nata, hasta que he visto que ha reducido un poco y la textura se ha vuelto como más suave y cremosa.
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Veremos como poco a poco va adquiriendo algo más de densidad. Al cabo de unos 9 o 10 minutos aproximadamente le añadimos la pizca de sal y la cucharadita de vainilla (opcionalmente). Removemos durante un par de minutos más hasta que reduzca un poco y la textura sea más suave y cremosa.
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Nada más retirarlo del fuego lo vertemos inmediatamente en el molde que teníamos preparado. Es conveniente hacerlo enseguida porque el caramelo solidifica rápido. Por eso es conveniente tener el molde ya preparado con antelación.
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Una vez que hemos vertido la mezcla en el molde, lo dejaremos reposar para que enfríe un mínimo de dos horas. Puedes dejarlo fuera o dentro del frigorífico.
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Pasadas las dos horas ya los podemos desmoldar. Los partimos con un cuchillo en trozos rectangulares o cuadrados del tamaño de un bocado y los envolvemos individualmente con papel vegetal para hornear.
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Una vez envueltos, para conservarlos yo los guardo en un recipiente en la nevera y lo máximo que me han durado es unas dos semanas. No es porque no duren más ¡Es que vuelan!
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Y de esta forma tan fácil tenemos unos caramelos caseros de toffee y nata ¡Pruébalos porque te van a encantar! 😋